En Mali, los problemas de visión de las mujeres suelen quedar relegados a un segundo plano por muchos motivos. Están más desinformadas porque el grado de analfabetismo es muy alto, no tienen acceso a los recursos económicos familiares para realizar desplazamientos o asumir los costes de los tratamientos, y como solo ellas se ocupan de las tareas domésticas y de la familia no tienen apoyo si deben recuperarse de una intervención. Uno de los principales objetivos de Ojos del mundo es reducir estas barreras para que las mujeres puedan acudir a los servicios de atención ocular y no sufran cegueras totalmente evitables.
Uno de los proyectos que se lleva a cabo para facilitar su autonomía es la asignación de microcréditos, una iniciativa que está dando muy buenos resultados. Ojos del mundo adjudica fondos a mujeres muy vulnerables de la región de Mopti para que puedan realizar actividades generadoras de ingresos que les permitan cubrir sus necesidades y cuidar su salud ocular. Este proyecto cuenta con la colaboración de las mujeres de la CAFO de cada aldea y posibilita la puesta en marcha de negocios de venta ambulante, cría de ganado, tintes de telas, elaboración de jabones… Actividades que les permiten mejoran sus condiciones de vida.
Para complementar estas ayudas, también se les proporciona formación adicional. En los últimos talleres de Bandariaga y Bankass, 36 mujeres recibieron formación en gestión de fondos y 20 formación comercial. Estos conocimientos les ayudan a mejorar sus negocios y aumentar sus recursos.
Todos estos esfuerzos para que las mujeres acudan a los servicios de atención ocular van dando sus frutos. Prueba de ello es que en las últimas comisiones médico-quirúrgicas coordinadas por Ojos del mundo en los centros de salud de Bankass y Koro, el número de mujeres operadas fue superior: se operó de cataratas a 81 mujeres y 67 hombres.
Este proyecto de Ojos de Mali cuenta con el apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa.