Carles Puigdomènech es uno de los primeros asociados de la Fundación. Desde hace cinco años hace una aportación periódica, que sumada a las demás aportaciones de particulares, empresas e instituciones permite que se puedan desarrollar los proyectos de cooperación oftalmológica. Reconocido abogado, regenta desde el año 1988 su propio bufete en Barcelona y ha sido responsable de asistencia jurídica del  Institut Català del Sòl. Licenciado en Ciencias Políticas, se le conoce también por su carrera como diputado en el Parlament de Catalunya, donde estuvo dos legislaturas (1999-
2006) y fue portavoz de urbanismo y vivienda para el grupo de Convergència i Unió. Puigdomènech está casado y tiene dos hijos.

¿Cómo empieza su vinculación con Ojos del Mundo?

La verdad es que siempre he estado sensibilizado con este tema, ya que he tenido problemas de visión. Cuando tenía 20 años sufrí una hemorragia interna en la retina del ojo derecho, que me dejó este ojo con el 25% de visión. Además, sufro miopía y astigmatismo, lo que me obliga a llevar gafas. Si a esto le añadimos que conozco personalmente a Rafael Ribó de mi etapa política, a Núria Ramon y que en su día me visitó el Dr. Corcóstegui, la vinculación es clara.

¿Qué valoración hace de la tarea realizada?

La tarea que lleva a cabo Ojos del Mundo responde a una necesidad evidente. Creo que se está realizado un buen servicio, pero lamentablemente le queda mucho camino por recorrer ya que la situación es complicada. También valoro muy positivamente el trabajo de concienciación que se realiza, ya que los países ricos no somos concientes de hasta que punto afectan a la población de los países pobres estos problemas de visión.

¿Se puede establecer una relación entre su carrera política y su papel de asociado?

Diría que es una cuestión de compromiso. Uno en la vida tiene que adquirir compromisos, sean del tipo que sean. Durante muchos años fueron políticos y con Ojos del Mundo son más de tipo social. Son etapas diferentes, que no tienen nada que ver entre ellas, ya que cuando era diputado invertía muchas horas y mucho trabajo, y ahora me limito a aportar dinero. A la Fundación aporto sólo un pequeño grano de arena. Tengo un papel secundario, que no se puede comparar en ningún caso con el que hacen los voluntarios que se desplazan sobre el terreno.

¿Seguirá su implicación con Ojos del Mundo en el futuro?

Sí, seguiré colaborando con la Fundación, no me he planteado lo contrario. Mi colaboración no tiene fecha de caducidad.