El Dr. Khalil Khatri se convirtió en 2008 en el primer oftalmólogo local que ejercía en los campamentos de refugiados saharauis formado por Ojos del Mundo, alcanzando de esta manera una de las prioridades del programa Ojos del Sáhara de la Fundación desde su inicio el año 2001. El médico saharaui realizó dos estancias en los campamentos con el objetivo de mejorar la salud ocular de sus habitantes, ya sea realizando actividades de consulta y cirugía, como formativas y de estudio. Este paso llegaba después de completar un periodo de formación de más de tres años, gracias a la beca otorgada por la Fundación, que le llevó a especializarse en el Hospital de la Esperanza de Barcelona y a graduarse en Cuba.

¿Qué ha supuesto para ti la beca que te ha permitido especializarte en oftalmología?

Pues ha significado cumplir un sueño. Yo quería ser oftalmólogo y gracias a Ojos del Mundo, a la beca Memorial Garrigosa del Hospital de la Esperanza y al Instituto de Microcirugía Ocular, lo he conseguido. Tengo que agradecer el esfuerzo de la Fundación por haberme permitido la estancia en Cuba, donde pude convalidar el título.

¿Cómo valoras la actividad que has realizado durante el año 2008 en el Sáhara?

Ha sido muy positiva. Al ser mi gente, mi trabajo es más útil: domino la patología saharaui, realizo técnicas quirúrgicas que en Europa casi no se utilizan, hablo el idioma, las comisiones se sienten más cómodas con mi presencia, hay cierta confianza de los pacientes saharauis, las consultas son más rápidas y cómodas… Pese a ello, aún es insuficiente.

¿Qué te aporta, a nivel personal, el hecho de regresar a los campamentos para atender la salud ocular de tu gente?

Me enorgullece volver para ayudar a mi pueblo. La verdad es que llena de satisfacción ver la gente contenta cuando saben que también hay un oftalmólogo saharaui y no sólo médicos del extranjero. Mi estancia también supone una ventaja en lo que se refiere a la posibilidad de atender las patologías oculares que precisan de unseguimiento más cercano, como el glaucoma.

¿Cómo han cambiado los campamentos durante tu formación?

Ha habido cambios considerables, en cuanto al deterioro de las infraestructuras, el aumento de la emigración que provoca que los jóvenes se marchen y sólo quede gente mayor o la disminución de gente formada por cuestiones puramente económicas. También se nota la reducción de ayudas por temas políticos (llega una cuarta parte de lo que llegaba), lo que provoca que falten más recursos básicos. Pese a esto, la gente sigue con el espíritu de lucha e independencia y esta es una prioridad para nuestro gobierno y pueblo.

¿Qué mejoras se aprecian en la situación sanitaria y oftalmológica, gracias al trabajo de Ojos del Mundo?

La situación sanitaria está cada vez mejor si hablamos de asistencia médica, de cooperación. Hay más establecimientos sanitarios, más comisiones médicas… Y en estos años Ojos del Mundo ha sido un pilar fundamental para la mejora de la situación oftalmológica, creando ópticas, dotando de material, realizando cirugías, ofreciendo incentivos, involucrando el personal, evacuando los pacientes que no tienen tratamiento en los campamentos, etc. Sin duda, la presencia de la Fundación desde el año 2001 ha sido un aspecto totalmente positivo.

¿Se pueden extraer algunos resultados iniciales del trabajo de campo que has hecho sobre la prevalencia de patologías oculares?

Puedo decir que se detectan patologías que pueden provocar ceguera evitable (como pterigium, tracoma, secuelas de tracoma, glaucoma terminal y cataratas) o bien complicaciones quirúrgicas de medio y largo plazo, que pueden ser evitables y tener mejor seguimiento con la presencia de un oftalmólogo sobre el terreno.

La formación es una de las prioridades de la Fundación. ¿Cómo ves la evolución de los conocimientos de la plantilla de oftalmología?

Los ópticos han aprovechado los cursos que han impartido los optometristas de Ojos del Mundo, pero seguramente aún hay mucho trabajo por hacer, por ejemplo para tratar aquellas patologías básicas a nivel de un paraoftalmólogo (conjuntivitis, tratamiento de tracoma, control de tensión en pacientes con glaucoma, extraer cuerpos extraños, tratar úlceras corneales o aplicar vendajes). Por ese motivo se está preparando un curso en este sentido y espero la máxima implicación de todos los ópticos.

¿Cómo te planteas tu trayectoria profesional en los campamentos?

A veces las circunstancias superan el deseo de estar aquí, como yo quiero y como quiere mi pueblo, pero hay situaciones familiares, sociales, geográficas y económicas que me separan actualmente de la continuidad en mi trabajo en los campamentos. Estaré en periodos, como hemos acordado con la Fundación, pero no de forma permanente. Así pues, la involucración está y también el apoyo del Ministerio de Salud, y de los organismos internacionales. Lo más importante es que mi pueblo puede contar conmigo, tanto ahora como en un Sáhara Occidental independiente (¡¡inshallah!!).