¿Cual fue tu primer contacto con Ojos del Mundo?

Conocí a Rafael Ribó y al doctor Borja Corcóstegui cuando el año 2001 realizaron un viaje político a los campamentos de refugiados saharauis. Durante este primer viaje, cuando aún no se había constituido la Fundación, el doctor Corcóstegui ya se implicó en la intervención de pacientes y fue entonces cuando surgió la idea de crear Ojos del Mundo. Podríamos decir que fui testigo de aquel importante momento.

Así fue como el Sahara se convirtió en el primer destino de la Fundación…

Sí, el Sahara es la cuna de la Fundación y nos sentimos orgullosos de que así sea. Pero también estamos contentos de ver que ha crecido mucho…

Gracias a la ayuda de organizaciones como Ojos del Mundo, ¿podríamos decir que se está consolidando una estructura sanitaria en el Sahara?

Sí. Empezamos sin tener nada. El Sahara era un desierto en el que no podían vivir ni los animales; todo era árido, seco y no crecía ninguna planta ni fruta. Te puedes imaginar cual era la situación… Hoy, unos años más tarde, nos sentimos satisfechos y muyagradecidos a la gente que nos ha ayudado a vivir. Con voluntad se puede crecer incluso en las condiciones más adversas y nosotros lo hemos hecho… Gracias a la ayuda internacional hemos ido avanzando poco a poco y con actuaciones como la de la Fundación Ojos del Mundo, estamos creando una estructura sanitaria que ya puede empezar a dar respuesta a las necesidades de la población.

¿La presencia de la Fundación sigue siendo muy necesaria?

Sí, lo es. Así como la presencia de todos los “amigos” que nos vienen a ayudar para aligerar nuestros males y darnos energías. Gracias a todas las organizaciones no gubernamentales que nos dan apoyo, de forma directa o indirecta, tenemos fuerzas para salir adelante.

La presencia de la Fundación Ojos del Mundo es muy positiva porque trabajan intensamente en el terreno de la cirugía, de la optometría y la formación de técnicos con unos resultados muy satisfactorios. Esperamos que, gracias a ellos, no quede ningún ciego en los campamentos para que todos puedan volver a ver el Sahara natal… Se trata de abrir una ventana, un ojo y conseguir también una obertura hacia el territorio saharaui.

¿Como son las relaciones de la Fundación con el gobierno de la RASD?

Muy buenas. El que viene a ayudarnos siempre es bien acogido y bienvenido para el gobierno y para el pueblo saharaui…

Supongo que la gente en los campamentos conoce ya Ojos del Mundo y espera con impaciencia la llegada de una comisión…

Claro! De hecho es lógico… Como quieres que no te conozca si vienes a ayudarme! La gente espera con ilusión la llegada de los médicos de Ojos del Mundo y se inscriben en las listas de espera para ser atendidos. Muchos han podido comprobar casos próximos de personas que han vuelto a ver cuando estaban completamente ciegas y ellos también quieren curarse… No hace falta explicar mucho más, ni comunicar la llegada de una expedición porque en seguida la gente se entera de este tipo de cosas.

¿Cuál es la patología más frecuente?

La catarata, el glaucoma y el estrabismo, sobre todo entre la población infantil, que es la que más nos preocupa…

¿Crees que aún queda mucho por hacer?

Sí, cuanto más haces, más cosas quedan por hacer!

¿Cómo ves el futuro más inmediato del pueblo saharaui?

Un pueblo sólo tiene sentido si posee una tierra, un lugar donde poder vivir con orgullo… La causa por la que lucha el pueblo saharaui es justa y la independencia, tarde o temprano, llegará. Los que nos han visitado han podido comprobar que existe unavoluntad y una capacidad de resistencia a unas condiciones difíciles que, para defender nuestra causa, hemos soportado durante 30 años. Y eso lo vale todo: el hambre, el dolor… Hemos decidido aguantar y luchar pacíficamente para conseguir nuestro objetivo. Nos gusta la paz y hemos demostrado al mundo internacional que no somos un país terrorista. Sólo luchamos por nuestra independencia, y esto es legítimo.