Romain Bordas se ha convertido recientemente en el responsable del núcleo territorial que la Fundación tiene en Francia y que está integrado por un buen número de profesionales sanitarios que colaboran de forma altruista con el proyecto Ojos de Mali. Bordas, ortoptista de profesión, trabaja en el Centro Hospitalario Universitario Clermont-Ferrand y ha viajado en diferentes ocasiones al país africano, principalmente para llevar a cabo trabajos de formación para  el personal del Instituto de Oftalmología Tropical de África (IOTA) centrados en la transmisión de conocimientos relacionados con los defectos de refracción y el estrabismo, entre otros.

¿Qué te lleva a colaborar como voluntario de Ojos del mundo?

Siempre me ha interesado la acción humanitaria y, de hecho, trabajé en un proyecto para desarrollar atención ortóptica en América Central, y me han ofrecido otras colaboraciones en misiones, pero no me han interesado. Y es que lo que me atrajo de Ojos del mundo es que, más allá de ofrecer ayuda puntual a los pacientes, lucha para encontrar unos actores competentes para formar al personal médico y paramédico para poder conseguir algún día una autonomía total en la atención.

¿Nos puedes explicar cuál es exactamente tu papel como ortoptista?

La misión principal del ortoptista es formular un diagnóstico. Trabaja en colaboración con el oftalmólogo y principalmente con el cirujano de estrabismo, con quien estudia y analiza los casos de estrabismo. Es competente también en el diagnóstico y tratamiento de la ambliopía, en particular entre niños y niñas, así como en refracción y adaptación de lentes.

¿Qué conocimientos has aportado a los profesionales del IOTA?

Mi trabajo tenía dos vertientes. Una parte más teórica que incorporaba la transmisión de conocimientos sobre ortóptica, así como diagnóstico y tratamiento de la ambliopía infantil. Y una parte más práctica con visitas de estrabología, de manera que se seleccionaron pacientes, la mayoría de ellos jóvenes, a los que yo realizaba revisiones ortópticas completas para que fueran operados por el oftalmólogo. Estas visitas también eran una forma de confrontar nuestras ideas con los residentes y los optometristas locales que me acompañaban.

¿Hacia dónde crees que debe evolucionar la formación de profesionales locales?

Realmente me ha impresionado la calidad del enseñamiento impartido por los médicos titulares del IOTA, especialmente en el campo de la cirugía. Pese a ello, es necesaria una mayor especialización, así  que se deben seguir favoreciendo los intercambios y la formación por parte de profesionales europeos. En mi campo, pienso que la ambliopía, su diagnóstico y su tratamiento son ejes a desarrollar en el futuro, ya que los niños reciben atención demasiado tarde. La estrabología también debe ser tratada con mayor profundidad, tanto por ortoptistas como por oftalmólogos.

¿Cuál es tu papel como responsable del núcleo territorial de Francia?

Mi trabajo consiste en dar a conocer la Fundación en los servicios de oftalmología de las diferentes ciudades y seleccionar facultativos universitarios reconocidos en su disciplina para que colaboren. Otra vertiente es promover becas en Francia para formar a profesionales en el uso de equipos tecnológicos avanzados, como la atención quirúrgica de cataratas por facoemulsificación de la que ya se ha beneficiado un estudiante del IOTA. Para mí es un honor ocupar esta plaza, ya que puedo dar a conocer los avances que he comprobado personalmente en el IOTA y las experiencias vividas en el terreno.

Y a nivel personal, ¿qué te aporta esta colaboración?

Me aporta una apertura mental considerable en lo que se refiere a prácticas de oftalmología y técnicas de diagnóstico y de tratamiento al mundo. Empecé este trabajo de descubrimiento durante mis estudios con unos viajes en solitario en América Central y Asia. La Fundación me ofrece la oportunidad de profundizar y concentrarme en zonas del mundo con necesidades importantes. Esta colaboración me permite también encontrarme con facultativos que, como yo, se apasionan con su trabajo y quieren que la oftalmología y la ortóptica evolucionen para reducir diferencias entre los países del Norte y el Sur.