Imran Khan es experto en salud pública (máster por la London School of Hygiene and Tropical Medicine), administración de empresas, optometría y atención sanitaria, con más de 20 años de dedicación en entornos de salud y desarrollo internacional, y también en el ámbito académico.

Desde Washington (EE. UU.), dirige el Área de Estrategia y Desarrollo de Programas de Sightsavers para lo que le toca a menudo viajar tanto al Reino Unido (donde tiene la sede esta inspiradora organización, con la que Ojos del mundo comparte visión) y sobre el terreno (donde se encuentran los equipos que Imran dirige con perseverancia y demostrada solvencia). Sin embargo, últimamente ha reducido mucho sus desplazamientos atendiendo a los cambios en la concepción de los viajes introducidos durante la pandemia de la COVID-19 y, muy especialmente, por sus convicciones en relación con la reducción de la huella de carbono; y se enorgullece de poder liderar equipos multinacionales gracias a las nuevas herramientas de trabajo en línea.

Además, Imran, junto con Mitasha Yu, preside el Grupo de Trabajo de la IAPB de Acción por el Clima. Este grupo de trabajo, de creación reciente, ha conseguido ya grandes éxitos como la redacción de un documento de llamamiento a la acción y su guía de implementación, que incluyen un decálogo de actividades dirigidas a abordar el cambio climático desde la perspectiva de la salud ocular.

Agradecemos encarecidamente a Imran su intervención en la reunión que Ojos del mundo organizó en el mes de mayo de 2023, en la que estuvieron presentes tanto los profesionales que trabajan en la sede como en las delegaciones territoriales y los equipos de terreno, para avanzar en la estrategia y el plan de gestión que la Fundación está trabajando para dar respuesta a uno de los principales determinantes de la salud, también de la salud ocular, como es el medio ambiente.

¿Por qué crees que es importante tener cuidado del medioambiente trabajando en el ámbito del derecho a la visión? ¿Cómo podemos avanzar en la mejora medioambiental en contextos donde la realidad nos obliga a priorizar necesidades urgentes, vinculadas con la pobreza extrema?

Todos somos cada vez más conscientes de los efectos negativos que el cambio climático está teniendo en todos los aspectos de la vida en la Tierra. Y esto se extiende a la salud.  La crisis climática amenaza con revertir los avances en materia de salud y reducción de la pobreza, y afecta sobre todo a las comunidades marginadas de los países en desarrollo, incluidas las mujeres y niñas y las personas con discapacidad.

Desde el punto de vista de la salud ocular, es probable que el progreso y la gravedad de las afecciones oculares empeoren debido al cambio climático, entre ellas el tracoma, las cataratas y el déficit de vitamina A. Al mismo tiempo, los desastres relacionados con el clima, como inundaciones y sequías, interrumpen la prestación de servicios de salud ocular al dañar las infraestructuras sanitarias y las cadenas de suministro de medicamentos y consumibles.

Por lo tanto, las organizaciones que trabajan para ayudar a mejorar la vista deben dar prioridad a la acción climática, tanto en términos de reconocimiento de los posibles efectos negativos que nuestro trabajo puede tener en el medio ambiente, como de la forma en que podemos adaptar nuestros programas para hacerlos más resistentes a los efectos negativos del cambio climático.

¿Cuál es el papel actual de la IAPB en este movimiento de la salud ocular hacia la atención al medioambiente? ¿Qué más crees que puede aportar el Grupo de Trabajo de Acción por el Clima a la sostenibilidad ambiental?

La IAPB, a través del grupo de trabajo sobre acción climática, ha liderado al sector de la salud ocular en la declaración de la emergencia climática, emitiendo un llamamiento a la acción y una guía para que las organizaciones que trabajan en la atención ocular reconozcan y prioricen la acción climática. El objetivo del grupo de trabajo es concienciar, orientar y compartir buenas prácticas entre el sector de la salud ocular. Aunque el grupo de trabajo ha conseguido concienciar, ahora se trata de ofrecer orientación técnica y herramientas prácticas para poner en marcha prácticas de atención oftalmológica sostenibles desde el punto de vista medioambiental.

Que la sanidad sea responsable del 4,4% de las emisiones mundiales es un dato aterrador. ¿Qué debemos hacer para mitigar los efectos de nuestra contribución al cambio climático? ¿Cuáles son los retos más fácilmente abordables?

El primer paso es reconocer el efecto que nuestro trabajo tiene en las emisiones globales y tomar medidas para reducirlo. Los viajes internacionales representan la mayor parte de las emisiones globales derivadas del trabajo de las ONG internacionales. Por ello, se pueden reducir los vuelos mediante alternativas como las videoconferencias y el uso de equipos locales. Las compras suponen otra contribución significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que siempre que sea posible hay que tener en cuenta a los proveedores locales. Otras estrategias para reducir las emisiones son explorar fuentes renovables (como la solar) para proporcionar energía a los centros oftalmológicos y utilizar equipos eficientes desde el punto de vista energético. Los principales retos son que trabajamos en algunas de las zonas menos desarrolladas, donde puede que no haya fuentes alternativas de energía ni proveedores locales.

Y, por otro lado, ¿cómo podemos crear programas capaces de adaptarse a situaciones climáticas adversas?

Como ya estamos viendo los efectos negativos del cambio climático en nuestros programas, debemos crear una mayor resiliencia climática desde el principio. Una forma de hacerlo es comprender mejor los riesgos climáticos locales en las comunidades en las que trabajamos, colaborando con ellas para identificar tanto los riesgos como las adaptaciones. Una forma de abordar tanto las estrategias de mitigación como las de adaptación es dar prioridad a la prestación de servicios oftalmológicos más cercanos a las comunidades, lo que reduce las emisiones derivadas de los desplazamientos a los hospitales oftalmológicos secundarios o terciarios de las ciudades y tiene menos probabilidades de verse interrumpidos por una catástrofe climática.

¿Qué crees que debemos explicar a colaboradores y financiadores para hacer entender la importancia de tener en cuenta e implementar medidas medioambientales en los proyectos de cooperación oftalmológica?

El cambio climático tiene un impacto significativo en las comunidades a las que queremos ayudar, muchas de las cuales corren un alto riesgo de sufrir sus efectos negativos. Debemos tener esto en cuenta a la hora de diseñar y ejecutar los proyectos, tanto para reducir los efectos negativos que nuestro trabajo pueda tener en el medio ambiente como para que los proyectos sean más resistentes a las consecuencias negativas del cambio climático. Y los socios y financiadores deben ser conscientes de la necesidad, los retos y las medidas que estamos tomando para promover la sostenibilidad medioambiental.

¿Qué consejos darías a todas las personas que estamos vinculadas, profesional o voluntariamente, a Ojos del mundo?

Dentro de cada reto hay una oportunidad para mejorar las formas de trabajar. Es estupendo que Ojos del mundo haya tomado medidas para dar prioridad a la acción por el clima en todo su trabajo. Podemos seguir reforzando nuestras iniciativas en materia de sostenibilidad medioambiental teniendo en cuenta la acción por el clima en todos los aspectos de nuestros proyectos. Un punto de partida es hacer operativas las diez áreas de acción clave del Llamamiento a la Acción de la IAPB y, a continuación, compartir el aprendizaje y los enfoques con todo el sector, de modo que otras organizaciones puedan aprender de nuestro ejemplo para mejorar su propio trabajo en este ámbito.